Caminar por la playa: riesgos y beneficios de una actividad física estimulante
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Con el verano en plena ebullición caminar por la playa se convierte en algo muy habitual para quienes quieren disfrutar de un buen ejercicio, aunque puede conllevar riesgos para la salud física.
POR: Álvaro Piqueras@alvaro_piqueras
¿Qué sucede cuando algo que es saludable y disfrutas puede convertirse en un problema? Es el caso de una de las actividades más practicadas del verano si uno tiene la suerte de pasar su tiempo de desvanso en zonas costeras. Nos referimos obviamente al siempre reconfortante placer de caminar por la playa, un ejercicio saludable y estimulante que sin embargo no está extento de riesgos en forma de lesiones.
“La arena es un terreno irregular, por lo que, al caminar sobre él, el peso del cuerpo no se distribuye de manera equilibrada. El peso se carga sobre un tobillo lo que provoca que el pie, para conseguir una estabilidad del cuerpo, adopte diferentes posturas a las habituales que pueden ocasionar esguinces, sobrecargas musculares, lumbalgias o dolor de cadera y rodilla”, explica el doctor José Nebot, traumatólogo de Vithas Castellón, Vithas Valencia Consuelo y Vithas 9 de Octubre.
“Además, hundir los pies en la arena implica que se utilice más la musculatura para elevar la pierna, lo que lleva a un mayor desgaste muscular y de reclutamiento de fibras, necesitando más ajustes propioceptivos en las articulaciones del pie, tobillo, rodilla y cadera; si encima los músculos no están previamente entrenados se resienten más y aflora el cansancio”, añade el experto.
Preparación física previa
Así pues, como sucede en cualquier deporte o actividad física que implique un cierto esfuerzo, dar paseos por la playa, y obviamente correr, requieren una preparación física para empezar a ejercitarlo. “Realizar este ejercicio de forma saludable implica la preparación previa del cuerpo: no realizar grandes caminatas los primeros días y realizar ejercicios de estiramientos antes y después de cada paseo. Por otra parte, no hay que olvidar que los pacientes que se han sometido a cirugías de cadera, tobillo o rodilla es mejor que se abstengan de dar paseos por la playa y comiencen en superficies planas”, explica Nebot.
Arena seca vs arena mojada
Y no, tampoco es lo mismo caminar o correr por arena mojada que por arena seca ya que la primera “presenta una cierta inclinación y la seca desniveles”. “Es más fácil caminar por la arena mojada ya que la seca implica un mayor esfuerzo. Lo ideal para la gente mayor de 60 años o que tengan alguna lesión de espalda, es que lo haga por la parte mojada cerca de la orilla que es la más compacta y que conlleva un esfuerzo menor; y además realizar la actividad por la parte menos inclinada”, asegura el traumatólogo.
Caminar por la playa: beneficios
Una vez se ha logrado minimizar el riesgo de sufrir un percance o lesión, caminar por la playa es un ejercicio sin duda saludable, que además influye en la disminución del estrés y de la ansiedad acumulada durante los meses previos.
En lo que serefiere estrictamente a aspectos físicos, caminar por la playa supone que los pies entren en contacto directo con la arena y el agua. “De este modo se logra estimular el riego sanguíneo y mejora el flujo, y esto previene la formación de varices o la sensación de pies hinchados, además, la arena actúa como un exfoliante natural en los pies”, señala el doctor Nebot
“Otra de las opciones es caminar dentro del agua que puede ser muy beneficioso, ya que si se avanza contra corriente se mejora el tono muscular y la acción terapéutica es la misma que recibir un masaje de compresión”, concluye el experto.
Tomado de: www.as.com