¿Y si la luz ultravioleta es la solución preventiva contra el SARS-CoV-2?
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En nuestro país hemos conocido los detalles del ‘Proyecto Atila’ del Ejército de Tierra para desinfectar determinadas zonas, pero una investigación de la Universidad de Columbia pretende que su uso sea inocuo y se extienda.
Por: Álvaro Piqueras
Hace pocas fechas conocíamos los detalles del ‘Proyecto Atila’, una investigación del Ejército de Tierra basada en la implementación de un robot modificado de desactivación de artefactos explosivos con capacidad superior germicida para luchar contra el COVID-19. La tecnología que emplea no es otra que la luz ultravioleta con fines descontaminantes, principalmente de instalaciones con equipos de comunicaciones que pudieran resultar dañados con desinfectantes basados en productos químicos.
En un principio se ha venido utilizando el robot ‘Teodor’ en las pruebas realizadas en el Centro de Comunicaciones de Naciones Unidas en Manises (Valencia), que si bien no reúne, principalmente por tamaño, los requisistos técnicos idóneos, se considera apto para una utilidad y empleo inicial. Y es que la intención de los responsables del proyecto es que el modelo final, que operará sobre la base del modelo ‘Avenger’, esté disponible ante un posible rebrote del virus en próximos meses.
Hoy está previsto que finalice la fase 2 del proyecto ‘ATILA’ en el Hospital General Universitario de Valencia. Este sistema implementa un robot con capacidad superior germicida contra el #COVID19.#EsteVirusLoParamosUnidos846:59 – 8 may. 2020Información y privacidad de Twitter Ads29 personas están hablando de esto
A pesar de su enorme utilidad en una coyuntura como la actual, la tecnología cuenta con el hándicap de que su aplicación es limitada debido a que el riesgo para la vista y para la piel impide su utilización en presencia de personas. Y es ahí donde radica el quid de la cuestión: ¿es posible lograr una eficacia inocua?
Investigación de la Universidad de Columbia
Precisamente, un grupo de expertos del Centro para la Investigación Radiológica de la Universidad de Columbia (EEUU) trabaja en esta linea desde hace años, es decir, en alternativas de rayos ultravioletas, denominados ‘lejanos’, que sean eficaces para matar virus sin riesgo para la salud merced a una frecuencia de 222 nanómetros que no penetra la superficie de la piel ni del ojo.
Los experimentos centrados en el SARS-CoV-2, liderados por David Brenner, profesor de biofísica y director de esa unidad, comenzaron hace unas semanas en una doble vertiente. Por un lado los investigadores están cerca de demostrar que estas lámparas destruyen el coronavirus presente en las superficies en unos minutos y quieren hacer lo propio con el virus en forma de gotas; por otro lado, han expuesto a ratones de laboratorio a una intensidad 20 veces superior a la que se utlilizaría en humanos para comprobar que pueden usarse de forma segura sin que de momento se haya aprecidao daño alguno en piel y ojos.
“Solución segura”
Eso sí, todavía faltan semanas para poder llegar a una conclusión definitiva sobre si puede plantearse su uso en lugares públicos o privados con la presencia de personas como hospitales, oficinas restaurantes o trasnporte, aunque Brenner defiende su tesis. “La luz UVC lejana tiene el potencial de ser un elemento diferencial. Se puede usar de manera segura en espacios públicos ocupados, y mata a los patógenos en el aire antes de que podamos respirarlos”, asegura.
“El nuestro es uno de los pocos enfoques que tiene el potencial de prevenir la propagación de virus antes de que se produzca el contagio”
David Brenner, profesor de biofísica
“Nuestro sistema es una solución segura y de bajo costo para erradicar los virus. No solo tiene el potencial de prevenir la propagación global del virus que causa la COVID-19, sino también futuros virus nuevos, así como virus más familiares como la gripe y el sarampión. La mayoría de los trabajos se centran en combatir el virus una vez que ingresa al cuerpo. El nuestro es uno de los pocos enfoques que tiene el potencial de prevenir la propagación de virus antes de que se produzca el contagio”, concluye.
Tomado de: www.as.com