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¿Y si la decisión definitiva es no tener hijos?

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¿Y si la decisión definitiva es no tener hijos?

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En el Día Mundial de la Anticoncepción este artículo le cuenta que la vasectomía y la ligadura de trompas se pueden hacer en el país desde los 18 años. Hay argumentos a favor y en contra. FOTO SSTOCK
HELENA CORTÉS GÓMEZ

Infografía

No hay respuestas correctas para los dilemas emocionales, que siempre están ahí rondando en la vida. Esa percepción de que las decisiones son complejas ha sido abordada por la filosofía, y en el siglo XIX, por ejemplo, por el filósofo danés Søren Kierkegaard.


“Cásese, se arrepentirá; no se case, también se arrepentirá; al casarse o no hacerlo, de cualquier manera, se arrepentirá. Ríase de las necedades del mundo, se arrepentirá; laméntese sobre ellas, se arrepentirá de eso también. (…) Esto, caballeros, es la esencia de toda la filosofía”, escribió en el libro Either/Or —reimpreso por Penguin Group en 1992—, que podría traducirse con seis palabras: una inevitable decisión entre dos alternativas.

La de ser papás

Pasa con el matrimonio, como menciona Kierkegaard, al elegir una carrera, también al proyectarse como padres. No es tarea sencilla, pero, ¿qué es lo importante?, ¿qué es lo más adecuado?, ¿y según quién? (Ver recuadros al final de este artículo)

Según el Termómetro de la Familia, una encuesta realizada por el Instituto de la Familia de la Universidad de La Sabana en 2017, el 59 % de los colombianos no quiere tener hijos o quienes ya los tienen no desean más.

Puede interesarle: Todo embarazo debería ser planeado, pero en Colombia menos del 10 % de los hijos nacen luego de ser planificados. Vea el infográfico a la izquierda de este artículo.

La respuesta negativa al deseo de tener un mayor número de integrantes en la familia, según el estudio, está relacionada con las deficientes (17 %), insuficientes (44 %) y aceptables (34 %) condiciones socioeconómicas para procrear en el país.

Uno de los dilemas actuales es tener o no hijos, y si la opción es la segunda, si operarse o no. Según la legislación colombiana, desde octubre de 2010 solo se requiere ser mayor de edad para optar por la cirugía que en un 99,5 % será efectiva como método anticonceptivo permanente (véalos en detalle en el infográfico a la izquierda).

Ricardo Andrade, psicólogo de la Universidad de Antioquia, sugiere reposar una decisión de esta magnitud, así mismo recuerda que ser mayor de edad confiere autonomía sobre el cuerpo. Además, hay que tener en cuenta que esta reflexión afectará el proyecto de vida personal.

“Al final tiene que ver con el cuerpo de uno, por eso es personal. Mi mamá lloró y lo negó a la familia por mucho tiempo, pero realmente a los demás poco les importa tu cuerpo, solo quieren opinar sobre él”, dice la periodista Ana Katalina Carmona, quien se hizo una tubectomía (ligadura de trompas) hace unos ocho años, cuando tenía 24. Su mamá no la acompañó al procedimiento: “Me tocó ir con una amiga y cuando estuve incapacitada. Me dijo: fue su decisión, afróntela”.

No fue fácil, también dudó. “Más por los demás. Me preguntaba, ¿y si me arrepiento? Uno sabe que con el tiempo cambia, somos seres humanos en constante redimensión”. Informarse ayudó. “Mi vida cambió con la cirugía, todas esas hormonas de los diferentes métodos anticonceptivos que usé me afectaban la salud y no empecé a verlo sino hasta dos años después”. Desde antes ella conocía las opciones.

“Existe una pequeña posibilidad de revertir estos métodos permanentes”, confirma Carlos Mesa, médico y director de Profamilia en Medellín. Ana mencionó la posibilidad de una fecundación in vitro, en su caso, porque ella no se hizo una histerectomía en la que se extrae el útero, sino una cirugía que le permite aún alojar un embrión con esta técnica.

No es un tema tan fácil. Por ejemplo, la clínica de fertilidad Inser describe en su portal web que en el caso de una reconstrucción tubárica, hay riesgo de “tener un embarazo ectópico (por fuera de la cavidad del útero) en la trompa, debido a que pueden presentarse estrecheces en el conducto”.

A su madre no le valió esa información tampoco y si en su familia la conversación afloraba, aunque Ana no quería “evangelizar a nadie”, lo que escuchaba era: “Pobrecita su mamá”.

Innumerables razones

En la juventud es una determinación cuestionada. Le pasó a Valeria Querubín, estudiante de Comunicación Social con 20 años, operada en abril de este año. Su mamá la acompañó a Profamilia, aunque el papá, 20 años mayor que su esposa, la interrogó: “¿Me va a dejar sin nietos?”. Es hija única. Y aunque no siente que alguien se interpuso en su determinación, al presentar la incapacidad a sus profesores, algunos la cuestionaron por su edad: “¿Por qué tomar esa decisión tan pronto?”.

Gihomara Aristizábal quedó embarazada a los 17 años, hoy tiene 35 y decidió operarse hace tres años. Para ella “muchas mujeres aún no se autopriorizan” y aunque reconoce que la maternidad trae emociones y alegrías, también sabe que tuvo que aplazar o renunciar a otras, por la responsabilidad que trae un hijo, especialmente siendo tan joven. Carmona, a su manera, lo reafirma: “Si la gente quiere hijos me parece una nota. Yo veo la cirugía como un método anticonceptivo que me obliga a ser muy responsable con la reproducción”.

A otras mujeres no les preocupa el tema personal. Catalina Trujillo, médica especialista en Medicina Familiar, es madre de dos niñas y señala que ella y su esposo querían esforzarse por hijos que sirvieran a los demás. Lo que se ha convertido en un trueque, siente que sus niñas de 10 y 4 años le han ayudado a ser mejor también: “Te confrontan con lo que dices y con lo que haces”, cuenta.

En contraposición, la abogada María Patricia Yepes, está convencida de que debe haber un respeto máximo por la vida, no está de acuerdo con la decisión de intervenir el cuerpo para impedir la procreación. “Existen evidencias de que al hacer estas operaciones, mutilación o la ingesta de medicamentos, sí existen unas consecuencias negativas para la salud y su relación de pareja”, asegura.

¿Y los hombres?

En ambos géneros los procedimientos son mínimamente invasivos. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS 2015) del Ministerio de Salud y Protección Social en Colombia, el 34,9 % de las mujeres se hizo la ligadura de trompas y el 3,6 % de los hombres se habían practicado la vasectomía.

Eso sí, dice Mesa, “es mucho más sencillo para los hombres que para las mujeres”. El médico igual llama la atención: “¿Cuántas veces al año puede quedar en embarazo un hombre y cuántas una mujer?”.

Eso mismo ha temido Juan José Muñoz, quien se operó con 21 años: “La posibilidad de dejar en embarazo a mi novia me aterrorizaba”, e igual para mí no es el fin, aún podría adoptar si quisiera un hijo en el futuro”. Adicionalmente, él no se considera de los que le dejan cosas a terceros: “Me gusta hacerme cargo, también es nuestra responsabilidad”.

Según información de Profamilia de 2018, por el Día Mundial de la Vasectomía, más de 30 millones de parejas en el mundo acudieron a la esterilización masculina como método anticonceptivo. Eso equivale al 0,8 % del total de la población mundial.

Antes de tomar una decisión, explore

Hay cosas que debe saber de estas opciones. La vasectomía y la tubectomía son procedimientos permanentes. Para los hombres les implica hacerse un reconteo de espermatozoides cada año. En las mujeres, la ligadura de trompas es una cirugía que dura alrededor de 10 minutos y consiste en cauterizar las trompas de falopio para impedir el paso del óvulo al útero evitando así el embarazo.

Aunque los dos son ambulatorios, los hombres entrevistados para este artículo reportaron una recuperación en dos días, las mujeres en siete.

La psicóloga Darly Peña, coordinadora del programa para jóvenes de Profamilia, asegura que los colombianos tienen autonomía en su reproducción. Y aunque su institución no impone una cita en psicología, es importante que el médico explore si la persona “se ve tranquila, sin episodios depresivos o en medio de una crisis”.

También es clave, dice Peña, que la persona tenga claridad sobre su proyecto de vida y revise si se puede ver o no como padre o madre. Y así, como con cualquier otra decisión (ver recuadros al final de este artículo), busque toda la información posible de fuentes confiables. Finalmente no es una elección cualquiera.

CONTEXTO DE LA NOTICIA

PARA SABER MÁSAL TOMAR UNA DECISIÓN… CUALQUIERA

1. Pase su resolución por lo simbólico, es decir, converse con personas significativas.

2. No tome determinaciones a la ligera ni en momentos críticos como un duelo.

3. Si se siente en dilema, busque la asesoría de un profesional. Eso no le quita autonomía.


Tomado de: www.elcolombiano.com

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